Cielo del año de la peste. Vida entre vigas. Caños. Ruido de agua en un tanque. Gotas, alguna grieta haciendo un charco. Herrumbre. Paredes descascaradas. Nubes gordas barren el cielo. El cuerpo del encierro acostado sobre el piso-techo color ladrillo, respira, cruje la osamenta. Cobijar es aire. Luz. Sol. Amenaza lo que puede aparecer por donde el cuerpo no ve. El cuerpo siente. La espalda pesada. El viento en la cara. El sudor. Un ruido en el oído, un zumbido. Tapas de botellas, trapos, migas de pan mojadas que serán devoradas por los pájaros. Los fantasmas merodean. La amenaza tensa el cuerpo. Se levanta: un salto en el aire entrecortado, mientras un soplo de ánima se le pega en espiral. Lo deforma. Se golpea el cuerpo entre los tanques, suena el eco del agua. Atraviesa la puerta, rueda, se escapa, corre por las escaleras, mira para atrás.